Últimamente las palabras no son mías. No puedo escribirte, por eso te leo. Te leo en todas partes: en Machado y su angustia por Leonor, en el amor oscuro de Lorca o en los soplos de espuma verde de Aleixandre. He empezado a creer compulsivamente que todos los poemas hablan de ti y de mí. De nosotros. Y que ya existíamos antes. Que llevamos perdiéndonos y encontrándonos varios siglos. Porque nos tuvieron que inventar en otro lugar, estoy segura, antes, mucho tiempo antes de conocernos.
Yo no puedo ver, y tú conoces todo.
ResponderEliminarAun así, mi vida no será inútil,
porque sé que nos encontraremos de nuevo
en alguna divina eternidad.
ÓSCAR WILDE