sábado, 26 de mayo de 2012

25.


Cierro los ojos y aspiro el aire que sopla por allí. No sabe a nada, el aire, es lo más parecido a la nada misma, y a la vez lo es todo. Si dejásemos de respirarlo, moriríamos enseguida. Piénselo: si hemos de reducirnos a la más pura esencia, solo somos aire. Después de que ella se marchara, yo he quedado reducido a mi esencia, que es la suya. Quizá todo esto le parecen tonterías. Pero el hecho es que aspiro el aire sobre su tumba y siento que ese sabor a nada es el sabor de todo lo que me queda para ayudarme a vivir. He intentado creer en otras cosas, pero no lo he conseguido. Ya solo creo en el sabor del aire del desierto donde ella está enterrada.

El sabor del aire, Lorenzo Silva.

1 comentario:

  1. hoy 27 San Alipio
    mañana 28 San TFM
    Valor y... ¡al toro!

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