viernes, 25 de mayo de 2012

22.


"Soy de la opinión de que los amores juveniles realizados son una cursilada insoportable, mientras que los frustrados engendran magníficas deformidades psicológicas que más adelante permiten retrasar el momento en que echar un polvo es como subir un saco de arena a un décimo piso con los tobillos atados el uno al otro".

La flaqueza del bolchevique, Lorenzo Silva.

1 comentario:

  1. En fin, le dije que sólo le contaría la parte más reciente. Y eso es lo que haré. La parte más reciente de mi desventura, la que me ha derribado para siempre, se llamaba Anna. Un nombre tan breve, cuatro letras para encerrar demasiados significados. Era más joven que yo, más joven que usted, pero ya no era una niña. Al contrario, llamaba la atención de ella lo poco niña que era. En todas sus palabras y en todos sus actos había una madurez como nunca había conocido en ninguna otra mujer. Una madurez limpia, sin resentimiento, que la salvaba de la vacuidad adolescente sin hacerla caer en la sordidez de la comadre. No le voy a aburrir con una historia de amor, que ya sé que sólo interesan al protagonista, si es que yo protagonicé algo. Le diré sólo que en un par de meses mi vida empezó a girar a su alrededor, que se mudó a mi casa y que pronto calculé que todas las mañanas que me quedaban las alumbraría ella. Era alegre, lista, generosa. Le sacaba muchos años, así que nunca temí que pudiera tener que enterrarla. Si algo temí, fue que se cansara de soportarme. Pero ella me quería de veras, me decía que yo era lo que necesitaba, y al cabo de algún tiempo, sin presunción ninguna, llegué a convencerme de que así era y dejé de temer.

    (El sabor del aire, Lorenzo Silva.)

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